Por: Luis Manuel Rivera
“No es solo cuestión de hacerlo, hay que hacerlo estratégicamente, bien planeado, analizando pros y contras”.
No corras riesgos por quedar bien con los directores, hay casos de total desastre y muy pocos que han logrado su implementación con éxito.
La complejidad del modelo híbrido
Cada vez más hoteles en destinos turísticos y urbanos están adoptando esquemas híbridos.
Es decir, bajo un mismo techo conviven huéspedes en plan europeo, familias con todo incluido, socios de club vacacional y viajeros de negocios con meal plan.
Esto amplía el mercado, pero también multiplica la complejidad operativa y los riesgos financieros.
Riesgos en el control de alimentos y bebidas
Consumos cruzados: Huéspedes con distintos planes acceden al mismo restaurante, lo que dificulta el control de cargos y cortesía.
Desperdicio oculto: La sobreproducción para satisfacer el esquema All Inclusive incrementa mermas, mientras que el meal plan exige control estricto de porciones.
Fugas en el sistema: La asignación errónea de cuentas (por ejemplo, cargos de un huésped europeo como cortesía de un huésped AI) impacta directamente en la rentabilidad.
Sobrecarga del personal: Meseros y supervisores deben conocer múltiples reglas de servicio y facturación, lo que abre brechas para errores o abusos.
Impacto en la utilidad
El riesgo no se mide únicamente en porcentajes, sino en dinero real que el hotel deja de ganar:
Una fuga del 2% en alimentos y bebidas puede equivaler a cientos de miles de pesos al año en un hotel de 150 habitaciones.
El margen de utilidad neta se erosiona no solo por costos, sino por la pérdida de disciplina operativa.
La confusión en planes híbridos también puede deteriorar la experiencia del huésped, generando quejas, malas reseñas y reducción de tarifa promedio.
Recomendaciones clave
Segmentación clara de puntos de venta: establecer canales de servicio exclusivos para cada plan o reforzar controles tecnológicos.
Capacitación continua al personal operativo y de caja sobre las diferencias de cada esquema.
KPIs monetarios: más allá del porcentaje de costo, evaluar pérdidas en pesos por fugas o errores en alimentos y bebidas.
Auditorías internas frecuentes en consumos de huéspedes híbridos.
Simulación de escenarios financieros: medir cuánto gana o pierde el hotel al abrir o cerrar un plan específico.
Luis Manuel Rivera
CEO en PowerPeople