— Por Luis Manuel Rivera

Durante años se arrastró una idea equivocada —casi cómoda— en muchos hoteles:
“El presupuesto es responsabilidad del contralor.”
Y si los números no cuadran, “el contralor tiene la culpa”.
Ese paradigma pertenece al pasado… y está frenando la evolución estratégica de muchos hoteles.
El rol real del Contralor: información, método y control
El contralor no es el dueño de las metas, es el guardián de la información.
Su función es aportar:
Información histórica clara y confiable Premisas macro y microeconómicas actualizadas Formatos, metodologías y lineamientos de control Consolidación de información para presentar a Dirección Asegurar que el proceso se lleve con orden, trazabilidad y respaldo técnico
Pero no es quien define la estrategia ni quien debe justificar las metas comerciales, operativas o de rentabilidad.
Los verdaderos responsables del presupuesto
Un presupuesto hotelero serio, profesional y rentable tiene tres pilares:
Director General del Hotel Quien marca rumbo, estrategia y prioridades del negocio. Director de Ventas y Revenue Quien domina la realidad del mercado, segmentos, forecast y tendencias. El Comité Ejecutivo Quienes conocen la operación diaria y pueden validar si las metas son realistas, rentables y ejecutables.
Cuando cada uno asume su papel, el presupuesto deja de ser “un documento más” y se convierte en un instrumento de dirección estratégica.
¿Por qué siguen culpando al contralor?
Porque es más fácil delegar la responsabilidad que asumir el compromiso.
Cuando un director dice:
“Los números son del contralor.”
lo que realmente significa es:
“No quiero ser responsable de la planeación ni del análisis.”
Ese pensamiento es obsoleto y tóxico.
El error más grave: presupuestos lineales
Ante la presión y la falta de participación del comité ejecutivo, muchos contralores terminan elaborando presupuestos “para salir del paso”:
Histórico + inflación.
He regresado y rechazado decenas de presupuestos así.
¿Por qué?
Porque no hay análisis, no hay planeación estratégica, no hay lectura de tendencias, ni comparativos competitivos, ni evaluación fiscal, contractual o financiera.
Ese tipo de presupuesto no proyecta el futuro… lo adivina.
Y no se puede dirigir un hotel adivinando.
Presupuestar es estrategia, no aritmética
Un presupuesto sólido exige:
Análisis de tendencias de mercado Comparativos con la competencia Evaluación de riesgos y blindaje fiscal Estrategia comercial por segmento Revisión de costos, CAPEX, gastos operativos y proyecciones reales Alineación con los objetivos del propietario e inversionistas
Cuando estos elementos existen, el contralor cumple su verdadero rol:
ser el garante de la integridad del proceso, no el que “adivina” el GOP o el EBITDA del año.
Romper los paradigmas del pasado
La hotelería moderna ya no premia al ejecutivo que se refugia en frases como:
“Eso es cosa del contralor.”
Hoy se premia a los que:
✅ Conocen sus números
✅ Domina sus KPIs
✅ Aportan estrategia
✅ Participan activamente en la planeación
✅ Hablan el lenguaje del inversionista
El presupuesto no es un trámite:
es la brújula del hotel.
Y la brújula no puede quedar en una sola mano.
