Por Luis Manuel Rivera – PowerPeople
México está viviendo una nueva ola de oportunidades en el sector hotelero. Entre 2025 y 2030 se proyecta un crecimiento sostenido impulsado por tres fuerzas estratégicas: el nearshoring, el turismo de negocios y la consolidación de destinos de alto valor.
Después de una década marcada por la resiliencia y la transformación, el país se posiciona como uno de los mercados más atractivos para la inversión hotelera en América Latina.
🔹 1. Nearshoring: la nueva palanca del turismo de negocios
El fenómeno del nearshoring ha cambiado el mapa de las inversiones. Ciudades como Ciudad Juárez, Monterrey, Tijuana y Querétaro están atrayendo capital industrial, corporativo y de servicios.
Cada nueva planta o centro logístico genera demanda inmediata de hospedaje ejecutivo, extended stay y hoteles select service.
👉 Donde llegan los ingenieros, llegan las habitaciones; donde llegan las habitaciones, llega la inversión hotelera.
🔹 2. La expansión de los destinos premium
Destinos como Los Cabos, Riviera Maya, Nayarit, Tulum y Baja California Sur continúan captando inversión internacional.
Firmas como Marriott, Hyatt, AMResorts, Grupo Posadas y Meliá han anunciado nuevos desarrollos, remodelaciones y conversiones para fortalecer su presencia en el segmento de lujo y bienestar.
El enfoque actual combina experiencia, sostenibilidad y diferenciación: spas integrales, wellness resorts y villas ecológicas con certificaciones ESG.
🔹 3. Innovación, tecnología y sostenibilidad
Las inversiones de la nueva era no se enfocan solo en ladrillo, sino en inteligencia de datos, automatización y eficiencia energética.
La edición 12 del USALI incorpora ya categorías específicas para gastos e inversiones de sostenibilidad, reflejando la relevancia del tema en la rentabilidad futura de los hoteles.
👉 La rentabilidad sostenible es el nuevo estándar del lujo.
🔹 4. Segmentos en auge
Hoteles boutique urbanos: en ciudades intermedias con turismo cultural y gastronómico. Propiedades pet-friendly y wellness: alineadas a nuevas preferencias post-pandemia. Desarrollos mixtos (hotel + residencial + cowork): que maximizan retorno y diversifican ingresos. Estancias prolongadas (extended stay): para ejecutivos desplazados por proyectos de nearshoring.
🔹 5. La mirada del inversionista
Los fondos y grupos familiares buscan retornos estables, gestión profesional y control financiero transparente.
Las métricas clave del análisis siguen siendo RevPAR, GOPPAR, EBITDA y flujo de caja descontado, pero con una visión más estratégica del valor intangible: marca, cultura de servicio y reputación digital.
👉 El nuevo inversionista no solo compra habitaciones, compra experiencias financieras sostenibles.
🔹 6. México como hub de inversión hotelera
Con una combinación única de ubicación geográfica, conectividad aérea, mano de obra especializada y cultura de servicio, México se consolida como el centro neurálgico de la hospitalidad en América Latina.
El país ofrece estabilidad macroeconómica relativa, incentivos regionales y un ecosistema en expansión que atrae capital de Europa, Estados Unidos y Medio Oriente.
💡 Reflexión final
Entre 2025 y 2030, la rentabilidad en hospitalidad no dependerá solo de la ocupación, sino de la inteligencia para alinear inversión, talento y propósito.
El futuro será de quienes vean el hotel no solo como negocio inmobiliario, sino como un organismo vivo de experiencias, sostenibilidad y capital humano.
“El verdadero retorno de inversión en hotelería no está en los metros cuadrados, sino en las experiencias que transforman vidas.”
— Luis Manuel Rivera – PowerPeople