Por: Luis Manuel Rivera.
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Un creciente número de viajeros mexicanos ya no concibe vacaciones sin sus “miembros de la familia” de cuatro patas. Hoteles desde boutiques hasta resorts de lujo se adaptan a esta demanda pet friendly, transformando la experiencia de hospedaje.
México abraza la tendencia Pet Friendly: ¿moda pasajera o modelo rentable?
Los hoteles pet friendly han pasado de ser una novedad a un fenómeno en pleno auge en México.
En los últimos años se ha disparado la oferta de alojamientos que aceptan mascotas, impulsada por cambios sociales y oportunidades de mercado.
México ocupa el segundo lugar mundial en hogares con perros y gatos según el INEGI , y esta profunda cultura de las mascotas se traduce en viajeros decididos a llevar consigo a sus “lomitos” o gatitos en cada aventura. ¿El resultado? Una explosión de hoteles que anuncian con orgullo “Bienvenidos mascotas” en sus servicios, desde pequeñas posadas hasta cadenas de cinco estrellas.
Este artículo explora el crecimiento de la oferta pet friendly en México, las tendencias de consumo y comportamiento de quienes viajan con mascotas, y –clave para hoteleros e inversionistas– el impacto financiero y estratégico de abrazar (o ignorar) esta tendencia.
Un mercado al alza: cifras recientes y tendencias de viaje con mascotas
Las estadísticas confirman que viajar con mascotas ya no es nicho, sino corriente principal.
Plataformas de alojamiento reportan un fuerte incremento: Airbnb, por ejemplo, reveló que más de 405 mil personas en México han reservado espacios viajando con sus mascotas desde 2021 .
Casi uno de cada tres alojamientos en Airbnb México (27%) ya acepta animales de compañía , reflejando un salto notable frente a años anteriores (apenas ~13% de alojamientos aceptaban mascotas en México hacia finales de la década pasada ). A nivel global, el mercado de la hospitalidad pet friendly está valuado en 8.3 mil millones de dólares (2022) y se proyecta que alcance 13.6 mil millones para 2030, con crecimiento anual compuesto de ~7.5% .
En Latinoamérica el entusiasmo es especial: países de la región —incluyendo México— figuran entre los de mayor oferta pet friendly del mundo .
Detrás de estos números hay cambios culturales y generacionales. Millennials y centennials postergan la paternidad y en su lugar adoptan “perrhijos” y “gathijos” como parte del núcleo familiar, deseando compartir viajes con ellos .
La pandemia de COVID-19 potenció este lazo: tras meses de confinamiento junto a sus mascotas, muchas personas “ya no conciben dejarlas atrás al salir de viaje” . Según una encuesta de Booking, 57% de los dueños de mascotas prefieren viajar con ellas, y 46% eligen destino en función de si pueden llevarlas.
Este cambio obliga a la industria a evolucionar. “El nuevo consumidor nos obliga a pasar de ser pet-tolerant a crear espacios y servicios realmente pet-friendly”, señala Elena Guerrero, directora de ventas de Hilton.
De hecho, la propia cadena Hilton reportó que “pet-friendly” fue el tercer filtro de búsqueda más usado en sus reservas digitales de 2021 – una señal clara de que quien viaja con mascota decide su hotel en función de esta política.
Perfil del viajero con mascota: exigente, leal y dispuesto a pagar más
Hoy los huéspedes con mascota esperan mucho más que un letrero de “Se aceptan mascotas”. Buscan que sus compañeros de cuatro patas reciban un trato tan especial como ellos mismos.
Esto ha dado lugar a amenidades impensables hace unos años: menús gourmet para perros, camas ortopédicas, áreas de juegos, spas caninos y hasta servicios de “Pet Concierge” o “Pet Manager” dedicados exclusivamente a consentir a las mascotas en algunos hoteles de lujo.
La razón es simple: para muchas personas la mascota es parte de la familia, y su bienestar durante el viaje influye directamente en la satisfacción del cliente humano . Atender bien a una mascota brinda una experiencia emocional diferenciada que puede ser el factor sorpresa que enamore al cliente, señalan expertos en hospitalidad .
Los viajeros pet friendly tienden además a ser un segmento de alto valor. Diversos hoteleros observan que muchas de estas personas tienen un poder adquisitivo elevado y están dispuestas a destinar sumas importantes para la comodidad de sus animales. Un dato revelador: en México un dueño gasta en promedio el 14% de su salario mensual en su mascota , invirtiendo en su cuidado y comodidad incluso en vacaciones.
El CEO de la plataforma de viajes Trabber comenta que los viajeros están dispuestos a pagar un extra por hoteles que acepten a sus perros o gatos.
No sorprende entonces que muchos hoteles cobren “pet fees” o tarifas especiales por mascota, las cuales los clientes asumen gustosamente siempre que reciban un buen servicio a cambio. Por ejemplo, algunos hoteles boutique de CDMX cobran alrededor de $200–$350 MXN por noche por mascota, mientras que resorts de lujo suelen aplicar entre $50 y $150 USD por estancia para cubrir limpieza y amenidades especiales.
Incluso hay establecimientos que las alojan sin costo extra, confiando en que atraerán así más reservas (por ejemplo, un hotel en Puerto Vallarta admite mascotas gratis, solicitando solo un depósito por posibles daños) .
Además del factor precio, hay fidelidad en juego: “Los dueños de animales sabemos que los lugares pet-friendly aún son minoría.

Por eso, cuando encontramos un alojamiento que se adapta a nuestras necesidades, somos más agradecidos que el viajero estándar”, apunta un blog especializado . Esa gratitud se traduce en lealtad duradera. Los huéspedes con mascota tienden a repetir estancia en hoteles pet-friendly y recomendarlos activamente con amigos y en redes.
En un mercado saturado de opciones, conquistar el corazón de los pet lovers puede rendir frutos en reputación y boca a boca. La comunidad de viajeros con mascotas es muy activa en foros y redes, y una buena experiencia suele compartirse ampliamente, funcionando como publicidad viral gratuita para el hotel .
Impacto económico para el hotelero: ocupación, tarifas y derrama financiera
Desde la perspectiva financiera, ¿vale la pena para un hotel invertir en ser pet friendly? La evidencia sugiere que, cuando se ejecuta correctamente, este modelo puede ser rentable y estratégico.
En términos de demanda, incorporar a las mascotas abre la puerta a nuevos clientes que antes excluían ciertos hoteles.
Esto puede traducirse en un aumento tangible de la ocupación: “Cuando el negocio empezó a recibir animales, creció la ocupación 15%”, reveló Christian Méndez, gerente del hotel boutique Chaya B&B en Ciudad de México, quien además notó ingresos extra porque cada mascota se registra (y paga) como huésped.
De igual modo, en Querétaro el presidente de la asociación hotelera local reporta que en los hoteles que adoptaron la modalidad pet friendly, entre 5% y 8% de su ocupación actual proviene ya de viajeros con mascota. “Traemos un segmento que sí está creciendo, que sí es tendencia, pero necesitamos que siga avanzando”, afirmó el dirigente Luis Signoret, subrayando que aunque hoy sigue siendo nicho, ya comienza a generar un incentivo económico real para los hoteles participantes.

Otro factor es el ingreso adicional por servicios y cargos. La gran mayoría de hoteles pet friendly aplican cargos extra por noche o por estancia a los huéspedes peludos, lo que aporta a los ingresos por habitación.
Esas tarifas suelen cubrir la limpieza profunda y amenidades (treats, camitas, etc.), e incluso dejan margen de ganancia.
Algunos establecimientos han desarrollado packs o souvenirs para mascotas (juguetes con el logo del hotel, servicios de fotografía con el perro, etc.), creando nuevas líneas de ingresos.
También es común colaborar con negocios externos (veterinarias, groomers, paseadores) para comisiones cruzadas al recomendar sus servicios a los huéspedes.
A nivel macro, la Secretaría de Turismo de México ha reconocido que el segmento pet friendly contribuye al desarrollo turístico y a la derrama económica del país.
Cada viajero que antes quizá dejaba su mascota en casa (o decidía no viajar) ahora se anima a consumir noches de hotel, restaurantes y atracciones, siempre y cuando sean incluyentes con su compañero animal.
Esto representa viajeros adicionales impulsando la ocupación, sobre todo en temporadas vacacionales donde antes tenían limitantes. No solo eso: al atraer a estos clientes pet lovers (muchos de perfil joven-profesional o familias acomodadas), los hoteles pueden mejorar su tarifa promedio si logran posicionarse como opción preferida en ese submercado de mayor poder adquisitivo .
Por supuesto, la rentabilidad no está garantizada automáticamente: requiere planificación y ejecución adecuadas. Como señala el consultor Luis Manuel Rivera de PowerPeople, un hotel pet friendly bien planeado sí puede ser muy rentable, especialmente porque cada vez más viajeros con mascotas tienen alto poder adquisitivo.
La ubicación y segmento de mercado del hotel importan; por ejemplo, hoteles urbanos de negocios quizás vean menos demanda pet friendly que resorts de playa o propiedades boutique de leisure. No obstante, incluso cadenas enfocadas al viajero corporativo (p.ej. muchas marcas Hilton, Marriott, IHG) se han sumado a la tendencia al ver que perder reservas de clientes fieles por no aceptar a su mascota es un lujo que no pueden darse en mercados competitivos.
Hoteles de lujo en México, como el Viceroy Los Cabos (imagen), han incorporado servicios exclusivos para huéspedes de cuatro patas – desde camas especiales hasta menús gourmet – buscando atraer a viajeros de alto nivel con mascotas. Estas inversiones apuntan a fidelizar un segmento rentable y distinguirse en destinos concurridos.
Beneficios y riesgos: ¿qué implica ser un hotel pet friendly?
Adoptar el modelo pet friendly conlleva beneficios claros, pero también riesgos y consideraciones operativas que los hoteleros deben sopesar.
Beneficios principales:
Más mercado, más ocupación: Al admitir mascotas, el hotel accede a un nicho en crecimiento, ganando huéspedes adicionales que de otro modo se irían a la competencia. Muchos viajeros eligen destino y hotel en función de si aceptan a su mascota, así que esta política puede volverse un factor decisivo de compra.
En general, alojamientos pet friendly tienden a tener mayores tasas de ocupación a lo largo del año al captar a estos clientes leales incluso fuera de temporada . Diferenciación competitiva: En destinos saturados de hoteles similares, ser genuinamente pet friendly es una forma de destacar. Ofrecer experiencias especiales para las mascotas crea un “factor wow” que añade valor a la propuesta del hotel.
Esto puede inclinar la balanza a tu favor cuando un cliente compara opciones y percibe que ofreces algo único. Fidelización de clientes: Como ya mencionamos, los huéspedes dueños de mascotas tienden a ser más leales y agradecidos.
Saben que los hoteles verdaderamente pet friendly son escasos, por lo que si encuentran uno donde su animal es feliz, lo adoptarán casi como su segunda casa . Esta fidelidad se traduce en repetición de visita y recomendaciones valiosas (reviews positivos, referencias boca a boca). Ingresos adicionales: Además de la tarifa regular por habitación, los hoteles pet friendly obtienen ingresos vía suplementos por mascota y servicios accesorios (ej. pet sitting, grooming, venta de accesorios).
Un ejemplo: en México DF un hotel de lujo cobra 100 USD por estancia para huéspedes con perro, lo que cubre limpieza y añade margen . Tales cargos, bien comunicados, son aceptados por los clientes y mejoran la rentabilidad por reserva. Estancia más relajada para el cliente: Un huésped que puede traer a su mascota viaja con mayor tranquilidad (no tuvo que dejarla en pensión). Esto puede traducirse en mayor disfrute en el destino y consumo: al estar contento, es más probable que extienda su estancia, utilice restaurantes o spas locales, etc.
La presencia de mascotas incluso crea un ambiente más acogedor para muchos, generando “visitantes más relajados por la presencia de los animalitos” en palabras de especialistas.
Riesgos y desafíos:
Costos operativos y de limpieza: Alojar animales implica mayor trabajo de limpieza (pelos, olores) y a veces pequeñas reparaciones.
Es crucial invertir en protocolos de higiene extra – por ejemplo, limpieza profunda tras el check-out de un huésped con mascota, uso de aspiradoras especiales o purificadores de aire para eliminar alérgenos, etc.
Estos costos pueden erosionar la ganancia del suplemento si no se calculan bien. Daños y responsabilidad civil: Un perro travieso podría morder mobiliario, arañar puertas o causar un accidente (imaginemos que tira a un huésped anciano).
Legalmente, el hotel puede enfrentar reclamaciones si no ha cubierto estos supuestos. Por ello, se recomienda contar con seguros de Responsabilidad Civil específicos.
Recibir animales implica responsabilidad legal, pues deben considerarse posibles daños ocasionados por ellos a terceros, desde la rotura de algún objeto personal hasta mordeduras.
Muchos hoteles piden también a los dueños firmar un documento de exención de daños o presentar cartilla de vacunación y hasta seguro del perro, como parte de sus políticas.
Incomodidades a otros huéspedes: No todos los clientes aman a las mascotas; algunos tienen alergias o miedos. Una queja típica podría ser el ladrido nocturno que impide dormir, o encontrar pelos en áreas comunes. Para evitar conflicto, se deben establecer reglas claras: zonas designadas donde pueden estar las mascotas, requisitos de usar correa en áreas comunes, limitar que no accedan a restaurantes/piscinas a menos que se indique lo contrario, etc. . También la transparencia es clave: anunciar en web y recepción que el hotel recibe mascotas, de forma que huéspedes alérgicos lo sepan con antelación . Una comunicación proactiva minimiza sorpresas desagradables.
Capacitación del personal: El staff debe estar preparado para tratar con animales. Esto va desde saber cómo aproximarse a un perro asustado, hasta procedimientos de limpieza especiales y atención a accidentes (ej. un “pipí” en pasillo). Algunos hoteles pioneros han incorporado el rol de Pet Manager o asignan a relaciones públicas tareas de atención pet friendly .
Si el personal no está alineado (por ejemplo, un recepcionista quejándose del perro, o un camarero que niega servicio en terraza al cliente con mascota pese a estar permitido), la experiencia se ve afectada. La consistencia en el servicio pet friendly requiere entrenamiento y lineamientos internos muy claros.
Limitaciones de espacio o concepto: No todos los hoteles pueden adaptarse fácilmente. Una pequeña posada con paredes delgadas podría no manejar bien el ruido de un perro.
Un hotel de negocios en plena zona corporativa quizá decida que su clientela principal no lo demanda. Por ello, la decisión debe ser estratégica: analizar si el segmento pet encaja con la marca y tipo de propiedad. A veces es mejor habilitar solo ciertas habitaciones como pet friendly (p. ej. un piso dedicado), de modo que se equilibren necesidades de unos y otros huéspedes.
Casos prácticos en México: del éxito a las lecciones aprendidas
Varios hoteles mexicanos sirven de ejemplo sobre cómo implementar (o no) el concepto pet friendly:
Chaya B&B (CDMX): Pequeño hotel boutique que vio un salto inmediato en ocupación (+15%) al aceptar mascotas, sin grandes inversiones iniciales . Su estrategia fue sencilla: permitir el ingreso de perros y gatos bajo supervisión del dueño, cobrando una tarifa moderada. Además, cada mascota cuenta como huésped en registro, monetizando su estancia. Resultado: más ingresos y una reputación de “hogar para tu perro en la Ciudad de México”. Este caso evidenció demanda latente: clientes que antes no consideraban al Chaya por viajar con su perro, ahora lo tenían entre sus favoritos. Hoteles W (marca de lujo en CDMX y resto del mundo): W Hotels fue pionera implementando servicios pet friendly desde hace 15 años . En W Mexico City, por ejemplo, han afinado su oferta con el tiempo: amenidades gradualmente aumentadas, espacios en restaurantes para las mascotas, servicio veterinario on-call e incluso un pet menu . Miguel Vélez, gerente de marketing de W, comenta que la estrategia evolucionó orgánicamente conforme vieron más huéspedes con animales. La lección de W es innovar constantemente: hoy en día ofrecen kits de bienvenida, camas especiales y hasta la posibilidad de adoptar una mascota local durante la estancia (programa “Dog Borrow” en algunos W). Esto mantiene a la cadena al frente en diferenciación, justificando tarifas premium con experiencias únicas. Hotel La Casa del Atrio (Querétaro): Un hotel boutique que se sumó a la tendencia tras la pandemia, adaptando un par de habitaciones para huéspedes con perro. Es miembro de la Asociación Queretana de Hoteleros, cuyo presidente indica que hasta 15 de 60 hoteles locales ya son pet friendly . En estos, de 5 a 8 de cada 100 habitaciones ocupadas cualquier noche tienen ahora un cliente con mascota . La Casa del Atrio en particular incluyó detalles como proveer cobija para el perro y un patio cercado. El éxito ha sido moderado pero constante: atraen sobre todo a parejas jóvenes en fin de semana que antes debían dejar a su mascota en casa. Han notado que muchos regresan y recomiendan el lugar en redes de dueños de mascotas, dándoles publicidad orgánica.
El reto para ellos ha sido educar a algunos clientes sobre reglas básicas (pidieron colaboración para que las mascotas no suban a camas, etc.), pero en general “los dueños están tan agradecidos que vigilan a su mascota y tienen especial cuidado durante su estancia”, cuentan en entrevista (reflejando lo que otros hoteles han vivido) . Hard Rock Hotels (Cancún, Los Cabos, Riviera Maya): Esta cadena todo-incluido lanzó su programa “Unleashed: Pet-Inclusive” en sus resorts de México, permitiendo hasta dos mascotas por habitación. Cobran una tarifa fija (~$150 USD por mascota) e incluyen cama memory foam, juguete y gorras o pañuelos de recuerdo para los peludos huéspedes.
La adopción ha sido popular entre clientes estadounidenses que viajan a los resorts y no quieren dejar a sus perros atrás. Hard Rock capitalizó su marca divertida para hacer de esto un gimmick de marketing – incluso con contenido en redes mostrando mascotas rockeras en vacaciones.
El resultado: mayor ocupación en temporadas bajas (atraen un nicho dispuesto a viajar en fechas flexibles) y un incremento de gasto en tienda de regalos (muchos compran souvenirs “Hard Rock Pets”). Como aprendizaje, Hard Rock tuvo que ajustar detalles operativos: reservar ciertas zonas de playa solo para huéspedes sin mascotas y reforzar limpieza en habitaciones pet friendly para cumplir estándares AAA. Pero han declarado el programa como un éxito que planean expandir a más propiedades. Ejemplo de retos – hotel urbano: No todos los relatos son color de rosa. Un hotel business class en Monterrey intentó ser pet friendly pero enfrentó quejas de algunos huéspedes frecuentes alérgicos, así como un incidente donde un perro sin correa asustó a un niño en el lobby. La falta de protocolos claros les pasó factura. Finalmente, optaron por restringir el acceso de mascotas solo a perros guía y excepciones especiales, dando marcha atrás a una política abierta. La lección aquí es que implementación a medias puede dañar la reputación: es vital planificar áreas, reglas y comunicación antes de anunciarse pet friendly, y asegurarse de que la cultura del hotel (y su clientela objetivo) esté lista para ello.
Claves para implementar con éxito el modelo pet friendly
Para hoteleros e inversionistas que ven oportunidad en esta tendencia, expertos recomiendan seguir varias mejores prácticas:
Investigación de mercado previa: Analiza la demanda específica en tu plaza. ¿Qué porcentaje de viajeros llega con mascota? ¿La competencia ya ofrece este servicio? Herramientas de OTA’s y encuestas a huéspedes pueden dar insight.
Si estás en destino de playa o pueblo mágico, probablemente haya más demanda pet friendly que en un polo corporativo, por ejemplo. Políticas y lineamientos sólidos: Definir desde el inicio qué mascotas se aceptan (solo perros y gatos, también otras especies), límites de tamaño o número, si se requiere certificación veterinaria, etc.
Establece normas de convivencia (uso de correa, áreas prohibidas, si pueden quedarse solos en la habitación o no).
Todos estos detalles deben comunicarse al huésped antes de su llegada – idealmente en la web y al momento de la reserva. Adecuación de instalaciones: Preparar habitaciones y áreas comunes para facilitar la experiencia. Recomiendan tener habitaciones designadas pet friendly, con pisos fáciles de limpiar (evitar alfombras) , quizás ubicadas cerca de salidas para paseos.
Colocar estaciones con bolsitas para desechos en jardines o áreas de relieve . Habilitar un espacio verde o patio cercado donde los animales puedan distraerse es un plus valorado. Pequeños detalles como un letrero de “pet in room” en la puerta (cuando hay mascota adentro) ayudan a housekeeping y seguridad . Servicios y amenidades especiales: Un kit de bienvenida con “cortesías” para la mascota (ej. un juguete, croquetas premium, plato y bebedero, identificación con el nombre) genera una gran impresión .
Algunos hoteles preparan menú de room service para mascotas o acuerdos con restaurantes pet friendly cercanos. Ofrecer contactos de veterinario 24h, pet sitters o paseadores on-call agrega valor para el dueño. Todo depende del nivel del hotel: en gama alta, ya vemos spas y dog yoga en agenda, mientras que en hoteles económicos quizás baste con aceptar mascotas sin mayores lujos.
El nivel de servicio debe alinearse a tu segmento, pero siempre apuntando a que la mascota (y su dueño) se sientan bienvenidos y seguros. Capacitación y cultura organizacional: Involucra a tu equipo en esta nueva faceta.
Capacita en cómo tratar a los animales y a sus dueños (por ejemplo, pedir permiso antes de acariciar a la mascota, reglas de higiene al manipular platos de animales, etc.). Comparte anécdotas de buenos servicios pet friendly para inspirar. Incluso considera incentivos: algunos hoteles reconocen al “Empleado pet friendly del mes” por atenciones sobresalientes a los huéspedes peludos.
Esto crea una cultura donde todos entienden que ser pet friendly es parte de la identidad del lugar, no una molestia. Comunicación y marketing específicos: Una vez listo, dalo a conocer. Usa las redes sociales – la comunidad pet lover responde muy bien a contenido adorable con mascotas en tu hotel. Sube fotos de “huéspedes de cuatro patas felices” (con permiso de sus dueños). Destaca tu política pet friendly en portales tipo Booking, Expedia (tienen filtros para esto). Incluso podrías colaborar con influencers o bloggers de viajes con perro, invitándolos a vivir la experiencia; sus recomendaciones corren como pólvora en grupos de viajeros.
Aprovecha también la diferenciación local: si tu ciudad tiene pocos hoteles pet friendly, conviértete en el referente y saldrás mencionado en medios cada vez que hablen del tema.
Conclusiones: ¿Rentabilidad o solo buen corazón?
Lejos de ser una moda pasajera, el fenómeno de los hoteles pet friendly en México muestra todos los indicios de ser una estrategia rentable y estratégica a largo plazo – siempre que se ejecute con inteligencia. En un país donde las mascotas son reyes del hogar, ignorar a este segmento sería dejar dinero sobre la mesa. Por el contrario, abrazarlo ha demostrado traer ocupaciones más altas, ingresos adicionales y un cliente fiel que se convierte en promotor de la marca.
Dicho esto, el éxito no está garantizado automáticamente por colgar el letrero de “Aceptamos Mascotas”. Los hoteleros deben invertir en la experiencia – desde protocolos de limpieza hasta amenidades especiales – para realmente cosechar los frutos. También, evaluar honestamente los riesgos: ¿Mi propiedad puede manejar los retos operativos? ¿Mi staff está listo? ¿Mi público meta lo apreciará? Con las respuestas en mano y un plan sólido, ser pet friendly puede traducirse en una ventaja competitiva notable en mercados turísticos competidos como los de México.
En palabras de un especialista en hospitalidad: “¿Son rentables los hoteles pet friendly? Bien planeados, sí… Recordemos que cada vez son más las personas que viajan con sus mascotas, y muchas de ellas con alto poder adquisitivo” . La clave está en planear con visión, ejecutar con pasión (¡y paciencia con los traviesos de cuatro patas!), y mantener siempre el equilibrio entre satisfacer a los pet lovers sin descuidar al resto de la clientela. México ya abraza esta tendencia: quien la aproveche con astucia, posiblemente no solo ganará más ingresos, sino también un lugar especial en el corazón –y las preferencias– de toda una nueva generación de viajeros.
Fuentes consultadas: Estudio Airbnb ; Artículos de Luis Manuel Rivera (2025) ; Entrevistas en El Universal Querétaro ; Blog LinkedIn José Gutiérrez ; Blog Marketing Rural ; Comunicados Sectur y fuentes del sector turístico , entre otras.